Cuento de Navidad
Una visita especial
Había una vez un hombre llamado Braum al que no le gustaba la Navidad. Cuando llegaba está época al señor Braum se le ponía un caracter perros al ver las calles adornadas y al ver por la televisión los primeros anuncios navideños.
Un día por la tarde el señor Braum estaba leyendo un libro cuando alguien llamó a la puerta. Era un joven que venía a revisar la caldera y el señor Braum después de hablar con el le dijo que entrara y le enseñó donde estaba la caldera. Al cabo de un rato, el joven le empezó a explicar que tenía que desmontar la caldera. El señor Braum le dijo que lo hiciera con un caracter no tan amable.
El señor Braum continuó leyendo y al cabo de un rato se quedó dormido, como casi todas las tardes. Cuando se despertó cogió el mando de la televisión y nada más había anuncios y más anuncios, y cuando estaba apunto de apagar el aparato oyó en unos de los canales a un inspector de policía que decía que la gente tenía que tener más precauciones con sus casas y que los robos siempre aumentaban en Navidad. Al final el inspector comentó que tuvieran cuidado al abrir las puertas de sus casas a los desconocidos.
En ese momento se acordó y bajó el volumen de la televisión y se fue directamente a la cocina.
Cuando entró en la cocina todo estaba limpio y en orden. Entonces vió una nota pequeña sobre la mesa que decía:
Todo listo. No he querido despertarlo. ¡Ah!, y ¡feliz Navidad!
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